Tuesday, September 9, 2008

denegacion de visa

EMBASSY
OF THE
UNITED STATES OF AMERICA
August 11, 1967
Fecha
Señor/xxx xxx : Prieto
Esta oficina siente informarle que no puede expedir a Ud. una visa porque es inelegible bajo la(s) sección(es) del Acta de Inmigración Nacionalidad enmendada. (Sólo los párrafos tachados son los correspondientes a su caso).

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(X) Sección 212(A)(28) La cual entre otras cosas prohibe la expedición de una visa a personas que hayan sido miembros o hayan contribuido con actividades personales en organizaciones que se consideren de carácter o filiación comunista.

Atentamente,
(firmado)
Jean Hediger
Vicecónsul de los Estados Unidos

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Mi padre ya habia estado en los EU: Washington y Nueva York, posiblemente en 1962, enviado por Excelsior, y habia quedado encantado con ambas ciudades. Esta vez, fue Barrios Gomez, de El Heraldo, quien le propuso enviarlo a las mismas ciudades, para que hiciera una serie de reportajes. L.B. Johnson llevaba seis meses en la presidencia, a raiz del asesinato de J.F. Kennedy.

El relataba asi la situacion en la Embajada de EU en Mexico: "Me hicieron entrar a una sala, y ahi, rodeado de cuatro gorilas gringos, rubios, colorados y rasurados, se me leyo una lista de las publicaciones en que yo habia colaborado, practicamente desde el comienzo de mi carrera, y los lugares los que habia viajado como periodista: Poza Rica, La Habana, Moscu, Varsovia, Praga... No pudieron decir que pertenecia o habia pertenecido alguna vez al Partido Comunista pues habria sido mentira... No me dejaron hablar, me hicieron sentir prisionero, infeliz, humillado. Me jure no volver a poner jamas un pie en esa Embajada, ni en Mexico ni en ninguna otra parte del mundo."

Con todo, cuando, tras haber aprobado el examen de Ginebra y regresado a Mexico, en septiembre de 1969, le mostre el telegrama del Secretario General de las Naciones Unidas, ofreciendome el puesto de traductora en la Secretaria, con sede en Nueva York, a partir del 31 de octubre, no solo no opuso objeciones, sino que fue el primero en alentarme con entusiasmo: "Es una ciudad fascinante! Que te vas a quedar haciendo aqui en Mexico..."
Asi que vine, y me quede. Pero el nunca me visito.

Tampoco enarco las cejas cuando le comunique, en 2001, que mi marido y yo estabamos pensando en la conveniencia de hacernos ciudadanos norteamericanos, para poder votar, para proteger los intereses de nuestros hijos, a la hora de heredarnos. "Me parece muy bien!", dijo. A sus nietos gringos, no solo los aceptaba sino que los amaba tiernamente. Y habia reido de buena gana cuando su yerno le anuncio, mostrandole los flamantes pasaportes de los pequenos: "Mira, Raul, tus nietos son unas 'ratitas imperialistas'!"
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